domingo, 27 de junio de 2010

DIA DEL ORGULLO GAY




Mañana, Lunes 28 de Junio de 2010 se celebra, una vez más, el día del orgullo gay. Aprovecho para saludar por este medio a todos los que se sienten orgullosos y orgullosas de lo que son, animándose a hacer, de sus vidas, un arcoiris con mucho valor. No es mi caso.



sábado, 26 de junio de 2010

Dreams



Hoy tengo las mil y una ideas en mi cabeza. Creo que son maravillosas. Incluso esta mañana creí haber descubierto el por qué de todas mis preocupaciones, de mi vida; las razones del camino que elegí, por qué soy cómo soy. Básicamente una conjunción de las presiones de los Otros significativos en mi vida y la irritabilidad que le genera al obsesivo la sola idea de la falta. Una pizca de querer ser todo para la madre y un Edipo resuelto al revés.

Pero no. No tengo ganas de escribir mis verdades, porque no tengo ganas de resolver nada. Quiero seguir sufriendo por los siglos de los siglos. Qué desagradecido que soy, no? Tengo vida, tengo salud e insisto con lo mismo, innovando día a día en cómo cagarme la vida. Ya no sé si reír o llorar.

Todos estos días quise escribirles, agradecerles sus comentarios, pero no tenía "fuerzas". Claro, es que si me demostrás que puedo ser alguien en tu vida, entonces, desaparezco. Es que si me decís que parezco un "Neruda" a partir de ahora escribiré como un chico de primer grado con todos los signos de puntuación incorrectos y loz mas grabes herrores gramaticales.

No hay caso. Tengo ganas de llorar y no sé por qué hago esto. Ayer rendí el examen de la materia más difícil del año y me fue re bien. Y? Me sigo castigando? Espero explotar en algún momento y no seguir mucho más así.

Tengo mi corazón cerrado ya. No espero a nadie y si te acercás te voy a espantar. NUNCA vas a llegar a mi corazón, cualquier cosa es más fácil que eso. Lo lamento.

Lo lamento. Aunque me dejaste duro cuando me dijiste hace poco que me amabas. Si, ya sé, entiendo qué tipo de amor es. No me sirve. Perdón, pero voy a mantener esto a escondidas, no quiero que pienses mal. Ya era, una puerta cerrada más. Y con candado. Para siempre.

Disculpen por esta mierda. Pero es todo lo que puedo dar.
No tengo valor para nada, ni para hacerme respetar. Sigo siendo el mismo chiquito tonto, llorón, cagón y maricón de siempre. Sí, podes burlarte tranquilo de la basura.


Pará de quejarte, mamá, y perdón por ser un estorbo. Prometo no molestar y hacer lo posible para que seas feliz. Te regalé mi vida y aun así no pude sacarte una sonrisa ni obtener la seguridad de que no soy odiado.


Gracias Susan Boyle por este video tan fatal que me recuerda cuando, alguna vez, tuve un sueño.





I dreamed a dream

I dreamed a dream in time gone by
When hope was high and life worth living
I dreamed that love would never die
I dreamed that God would be forgiving.

Then I was young and unafraid
And dreams were made and used and wasted
There was no ransom to be paid
No song unsung, no wine untasted.

But the tigers come at night
With their voices soft as thunder
As they tear your hope apart

As they turn your dream to shame.

And still I dreamed he'd come to me
That we would live the years together
But there are dreams that cannot be
And there are storms we cannot weather.

I had a dream my life would be
So different from this hell I'm living
So different now from what it seemed
Now life has killed the dream I dreamed.

miércoles, 16 de junio de 2010

La Trampa de la Obsesión


Y sí. Ése es mi gran problema. Es el reto de todo obsesivo. "Aceptar el límite, el no-todo, la castración (en términos psicológicos).

Toda mi vida se estructuró en torno a evitar eso: a evitar saber que yo era UNO más, que NO puedo Todo, que hay cosas que haré bien, otras mal, que NADA será perfecto... Pero fue imposible para mí. Me dediqué toda la vida a ser "perfecto". Desperdicié 20 años tratando de serlo TODO y, por ende, hoy soy NADA. Porque, Todo es Nada. Siempre que queremos hacer (ser) Todo terminamos haciendo (siendo) Nada. Y ahí, de nuevo, el Deseo muere.

A esto se debe mi actual apatía, mi desgano, mis no-ganas de todo, mis ganas de nada. Es que, estructuralmente, a los obsesivos nos cuesta admitir el no-todo y, tratando de ser/hacer Todo, vivimos en una carrera contra nosotros mismos, experimentamos un estrés elevadísimo, estamos amargados, insatisfechos, nos perdemos en el deseo propio porque ya no sabemos por qué (por quién, para quién) hacemos lo que hacemos. No vivimos; los neuróticos obsesivos (pero de los buenos, no un simple rasgo obsesivo) sobrevivimos.

Asistimos a una inseguridad paralizante que tratamos de remediar con lo rutinario, lo estructurado, con el ritual obsesivo y sofocando el deseo, ya que, él y sus diversas manifestaciones, atentan contra nuestra aparente seguridad diaria. Parecemos de hierro. Somos de manteca.

Pero la obsesión nos tiende una trampa. Nos fijamos metas imposibles y, cuando las alcanzamos (o al menos creemos hacerlo), NO nos sentimos satisfechos, sino que nos exigimos más. Es un jueguito perverso comandado por lo que Freud llama Pulsión de Muerte y Necesidad de Castigo: Cuanto más nos exigimos y logramos nuestras metas, aun más nos exigimos. Es decir, nunca hay una recompensa, un reconocimiento, un auto-abrazo. Estamos constantemente pidiéndonos más porque, a los obsesivos, NADA nos alcanza. Esa es la idea de no aceptar el límite: nada está completamente bien, entonces, Todo está mal.

Vivimos polarizados. O todo o nada. O diez o uno. O soy el mejor o soy el peor. No hay términos medios porque ellos nos irritan, nos angustian. Y al compás de estas polarizaciones que nos aterran, caemos en la trampa de la obsesión: cuanto más damos, más nos exigimos.

Tampoco ninguna persona nos viene del todo bien. No hay amigo, padre, madre, hermano que nos llene, que cumpla con nuestras expectativas. Es que fantaseamos con la persona perfecta que, luego de haberla buscado toda una vida, no la encontramos porque, claro...¿lo digo? Bueh, no me queda otra: "No existe". Nos enloquecemos conociendo gente, pero las descartamos a los diez minutos; ni siquiera nos damos tiempo para conocerlos y no nos dejamos conocer. Lamentablemente, otra consecuencia de estas neurosis es la Soledad.

Nunca nos perdonaremos las propias imperfecciones (mucho menos las de los demás). Lo que nos falta es motivo de autorechazo, de auto-odio, agresión, del desprecio más terrible, tajante e hiriente que pudiera existir alguna vez. No nos perdonamos. Nos castigamos toda la vida por no ser completos, perfectos. Si nos arrimamos a esa idea de "todo", somos la soberbia con patas. Si tenemos algún defecto físico, intelectual o "sexual", sonamos. No hay remedio; nos ganamos el propio odio para toda la vida. Y, así, no nos queremos ni podemos querer a nadie. Los obsesivos no somos capaces de amar ni de sentir que el otro nos ama. (¡Qué tristeza!).

Es un proceso sin fin. Pero lo que sí tiene fin es nuestro deseo, es decir, nuestra vida. Los neuróticos no cumplimos nuestros deseos, de ahí la constante búsqueda sin respuesta alguna. Vivir en la obsesión es, entonces, caer en la trampa más cruel del mundo, aquella que nos tendemos a nosotros mismos, condenándonos de por vida a la infelicidad que, como todo lo que experimenta el neurótico, no tiene límites.

lunes, 14 de junio de 2010

Desorden Mental






Siento un millón de cosas feas, tristes, pero no las puedo contar.
No sé, quizás sea una mezcla de tristeza,
cansancio y mucho estrés que viví el día de hoy.
Tuve miedo.




Les juro que me encantaría escribir un post
de cien renglones,
pero no puedo.



Miro la compu desganado,
no siento fuerzas ni para hacer un click.
Definitivamente hoy no es mi día,
y quizás deba dejarlo pasar.




¿Algún resumen?
Hoy me sentí el peor de todos.
Se me cierran los ojos.
Siento que floto.
Ya estoy perdido.
En mí mismo, como siempre.



Tengo muchas ganas de llorar.
Hoy me moría por abrazar
a alguien y contarle
todo lo que me estaba pasando.
Decirle todo.
Pero no me animé.
Como tampoco me animé
a decirte "Te quiero".


Perdoname si alguna vez
te hice sentir mal.
Me asesina la culpa.
Necesito tu abrazo, pa.





Tengo ganas de tirarme por mi balcón
de planta baja.-
ayudameavencerelmiedoaamarte

sábado, 12 de junio de 2010

Pero no te extraño


Y hoy tengo ganas de extrañarte.
A vos.
Vos, ese que conocí aquel día, en aquel lugar, ¿te acordás?
Y a vos también, si, otro más.
Y al otro.
Y al otro.
Y al otro que, también, me encargué de espantar cuando me llamó por teléfono y me di cuenta que era importante para él.
O cuando me regalaste la manzanita de esas que me gustan; mal hecho.
O ese día que te atreviste a darme una caricia.
O cuando me llamaste tu osito de Taiwán.

Muy mal.

Pero no te extraño.
Uso tu recuerdo para sentir cada vez más profundo el dolor de la soledad y de la nostalgia que me invade días como hoy, sábados por la noche, solo en casa, mientras recuerdo cuando te llevaba los lapicitos para pintar esas copias que, claro, según vos, NUNCA, deberían ser rosas como alguna vez las soñé.


(Y) es que yo (no) sé sentir amor. (Perdón) por jugar así.

Es que siempre tuve mucho miedo a desilusionarte.
Prefiero, directamente, que no me quieras a que lo
hagas
y luego perder-te.
Para siempre.
Y es que es más narcisimo que nunca. Yo no quiero perder (te).
Los obsesivos no corremos riesgos y nos sacamos 10.
Por eso, no te extraño.



Texto de Mierda






Sábado a la noche. Otra vez en casa. Había decidido no salir y quedarme a terminar mis tareas. La verdad es que hice re poco. No tenía ganas, y yo sabía que no las tendría. Pero igual me quedé. Me quedé para pasarla mal, para tener, nuevamente, un sábado asqueroso, sintiéndome un infeliz, desdichado, vacío.

Y me agarra mucha ansiedad, porque se me mezcla todo. Tengo, por un lado, ganas de salir, de ser libre, de disfrutar expresando mi deseo. Pero, por otro lado, siento muchísimo miedo de salir; siempre pienso que me va a pasar algo malo. Además, sé que no me voy a relajar y terminaré haciendo lo que quieran los otros, no yo. En fin, estaré volviendo a casa a las cinco de la mañana super frustrado, como siempre que salgo a bailar o a tomar algo.

Y es que mi histeria es enorme. No sé bien qué es lo que quiero; o, mejor dicho, lo sé tan bien que la culpa me detiene; la culpa me mata, y yo me ato a ella para gozar, para estar bien en el mal, para darle cabida y satisfacción a esa pulsión de muerte mientras yo sufro.

Mis amigos me han invitado a salir hoy. Les dije que no. Me llamaron al celu, no los atendí. Me enviaron mensajes hace horas, no los respondí. Siento mucha pena por esto que les hago, pero no, no quiero que me quieran ni que me tengan en cuenta. No quiero que me propongan salir y verme obligado a decirles que si. Estoy harto de fingir sonrisas. Estoy podrido de cantar canciones vacías. Cada vez que lo hago me muero más.

Pero quiero salir. Pero no quiero. Me sofoco de nuevo. Siento de todo. Pero el resultado es uno. Estoy aquí, en mi casa, solo de nuevo. Todos salieron. Yo soy la víctima, o quiero serlo. Y así me odian mis amigos o "me hacen cruces" de las veces que cancelo las salidas. Y cuando me dejen y me encuentre totalmente solo, voy a llorar de mi desdicha. Es genial. Es patético, pero aun no puedo saber bien por qué me comporto así. Me fascina boicotearme y arruinarme los proyectos, las relaciones, mis amigos, la vida.

Entro al chat pero sé que nada pasará. Sé que no encontraré a nadie. Si me das bola, te rechazo. Si no me das bola me deprimo. Soy un perverso, pero conmigo mismo. Me encanta estar aquí, con toda la adrenalina del mundo sabiendo que todos la pasan bien y que me pierdo de todo, que me quedo atrás. Es que no quiero progresar. Quiero ser el último y el peor.

Estoy dispuesto a recurrir a los mecanismos histéricos más originales para arruinarme todo, para cagarme la vida, para llenarme de basura. Porque eso me encanta. Me fascina estar rodeado de mierda; ella me seduce como este texto que es pura mierda y nada más. Es un texto de mierda.


viernes, 11 de junio de 2010

El último sofocón al deseo


Si fueron leyendo mis últimos posts, se habrán dado cuenta que ayer me fui a dormir clueco, mal, con la cabeza hecha un desastre. Hoy me levanté mejorcito, pero unos cuantos mensajes de texto me sumergieron nuevamente en un estado aterrador.

Y es que soy un estúpido, porque todo me afecta, mucho. Fue un malentendido con una señora, por mensaje de texto, y me sentí atacado. En vez de enojarme, me invadieron ganas de llorar que reprimí por la presencia de mi padre. Y siempre que hago eso los ojos se me ponen duros y se me bloquea el cerebro. Es decir, no puedo pensar más. Dejé de estudiar por un momento y vine a desahogarme; no me resulta posible continuar así, en este estado.

Y es que soy un estúpido, todo me afecta, le tengo miedo a todo, especialmente a la gente adulta. Siento pánico ante la sola idea de pelear no sólo físicamente sino también verbalmente. La idea de enfrentamiento me parece espantosa. Mi terror es tal que, la palabra "enfrentamiento" no es adecuada, sino que diría que cualquier roce con el otro me da miedo.

Es así como toda mi vida se estructura en evitar dichos roces. Una de las técnicas, claro, fue diciendo Si a todo, con la consecuente muerte del deseo propio y del estado deplorable en el que me encuentro. No lo puedo controlar; cualquier roce, enfrentamiento, incluso una opinión opuesta a la mía la siento como un ataque, la relaciono con la violencia, con una agresión. Y no sé por qué es así. Bah, si sé, pero eso tiene que ver con mi infancia.

El punto de la cuestión es que soy un cagón (porque la palabra "miedoso" me queda chica), tengo una autoestima por el subsuelo y todo esto da una lamentable consecuencia que a los 21 años es terrible: no sé hacerme respetar porque no tengo valor.

No tengo valor; entonces podrás hacerme lo que quieras. Podés abusarte de mi las veces que se te de la gana, robarme, pegarme, maltratarme, burlarte de mí porque, en lugar de darte una trompada, voy a largarme a llorar. Y cuando lo haga, ahí sí, burlate aun más. Es esta una de las razones por las que las relaciones sociales son profundamente displacenteras para mí, porque no puedo sostener, ni expresar mi deseo en ellas, proponerlo, defenderlo. Esto es, técnicamente, una fragilización yoica terrible y soy conciente de ello.

Entonces, las salidas de descanso, que deberían ser placenteras son, para mí, como una obligación; me siento tenso en ellas y cada vez trato de evitar más a la gente lo que, mi psicóloga me lo dijo hace años ya, se está transformando en una fobia social.

Evito a la gente, te-evito y me refugio en el estudio. Y me mato estudiando todo el tiempo, y así trato de engañarme, de creer que está todo bien por aprobar todo (y aquí entra la obsesión por el juego del todo o nada; el no aceptar el no-todo) con buenas notas. Y, encerrado en esa opción, mi deseo muere aun más o, en otras palabras, termina de morir como si fuese, el estudio, su último sofocón.

jueves, 10 de junio de 2010

Pulsión de Muerte: bien en el mal


No puedo dormir. Me levanto. Enciendo la compu. Tengo la -obsesiva- necesidad de postear esto. Es que hoy estuve muy conflictuado, angustiadísimo en lo referido a lo que posteé en las dos últimas entradas. Y es que me acabo de dar cuenta de algo.

Me veo como mi mamá; soy todo lo que critico de ella. Ella vive renegando, sufriendo, despreciando, y yo me vivo "cagando de odio" por eso; uno trata de ayudarla pero no quiere. Le fascina estar mal, sentirse una mierda. La odio. Pero así soy yo, ya me di cuenta. Me odio, no me banco ya.

Tanto estudio del Psicoanálisis me condujo a la idea errónea de que "por algo-alguna explicacion inconciente de mi psiquismo- soy como soy", y no se puede hacer nada para cambiarlo. Y esta es justamente una excusa -si quieren "cientifica"- para seguir en lo mismo. Para estar BIEN en el MAL. Para seguir con este padecimiento, que conocemos como goce. Y claro, es que modificar las posiciones de goce y determinadas identificaciones no es fácil, sino que requieren de mucho esfuerzo, arduo trabajo que, por comodidad, no estoy dispuesto a realizar. Entonces, en cierta medida, estoy así por comodidad. Sufro por comodidad, porque es mucho más fácil padecer que buscar sus causas y tratar de solucionarlas. Es mucho más facil seguir en la posición de víctima que arriesgarse (sí, hablo de riesgos) a probar otras cosas, salirse de sí mismo y encontrar algún otro lugar desde el deseo propio, desde el placer e identificarme con ello. Implica cero riesgo seguir dando lástima y pena que arriesgarse a ser amado...arriesgarse a amar y a perder todo eso en un segundo. Es que, señores, nosotros, los obsesivos, NUNCA arriesgamos, porque le tenemos pánico a la pérdida, a los límites, a aceptar que no todo sale como queremos (vivimos tratando de que eso sea así por eso somos estrés con patas).

Así, voy a seguir sufriendo, cómodamente sentado en mi diván de lamentos, de victimización, de obsesiones, de histerias, de llantos, de mucho amor y, por lo tanto, de mucho odio. Y esta locura aumentará tanto pero tanto mi desdicha, la hará tan profunda como un puñal en el centro de mi pecho que, algún dia, sin darme cuenta y en el momento menos esperado, moriré del goce.

DANGER!


Y voy a advertirte algo: No me quieras, no me ames. Cuanto más afecto me demuestres, más te voy a despreciar. Lo lamento; no sé por qué me comporto así. Por ahí siento que no merezco nada, que no merezco ser querido por nadie porque no valgo ni un centavo. Porque soy un tonto, un feo, y cuántas cosas más.

Y cuando dejes de quererme voy a quejarme todo el tiempo de mi soledad. Cuando me encargue de ahuyentar de mi vida al Universo entero voy a llorar día y noche por mi maldita vida, detestándola a cada segundo. Y me va a encantar estar mal; ese masoquismo, ese goce, esa histeria.

Histeria especialmente con las parejas. Me quejo, me siento mal, solo, incompleto, una mierda me siento. ¿Acaso nadie va a venir a mi vida? Pero ni se te ocurra quererme. Si lo haces voy a encargarme de despreciarte, de tratarte mal hasta perderte. Y cuando lo haga, entonces voy a quejarme de lo mal que estoy.

Y al escribir esto me dan ganas de llorar. Pero me las aguanto. Entonces siento cómo mi cabeza se pone tensa y se bloquea; son las emociones contenidas; ya no puedo pensar, actúo mecánicamente. Soy un robot, pues mi deseo ha muerto. Y seguiré con mi rutina encontrándole cada vez menos sentido a todo.Y no me importa nada, sólo que me ames para poder ahuyentarte.

Me encanta cagarme la vida; no sé hasta cuándo va a durar todo esto ni qué es lo que estoy buscando. Mis ganas de amarte se han vengado por la prisión que les impuse y me tomaron prisionero condenándome para toda la vida.

¡Harto!

Hoy tenía muchísimas ideas para postear, esta tarde me sentía inspirado, con ganas de escribir algo, pero ahora se me fueron. Siento un desgano generalizado, cero motivación para escribir. Pero, principalmente, cero motivación para vivir.

Hoy es uno de esos días en los que me doy cuenta que no le encuentro sentido a nada; un día "oscuro" como diría mi amigo Leo. Estoy podrido, harto de la rutina, harto de estar solo, de la gente que me rodea, todo me cansa; me canso fácilmente de la gente; me aburren, me aburro. Todo me parece repetitivo, estoy agobiado ya.

Y es que todo es culpa mía; pues esto es producto de la muerte de mi deseo. Me canso de la gente porque siempre establezco con ellos relaciones estereotipadas y no me permito expresarme tal cual soy, porque siento vergüenza, porque no tengo valor, porque me discrimino como a nadie en el mundo, porque me odio y detesto por no ser quien quiero ser, por no tener el cuerpo que deseo. Me odio, me doy asco. Entonces, así, ahuyento a todo el mundo. Y me quedo solo. Sin amigos, sin pareja. Y todo me cansa. Y ese "cansar" sirve para sofocar el deseo. Como si alguna vez hubiera decidido que nada me gustara para poder dedicarme solamente a algo en mi vida; a alguien...y yo, y Uds., saben de quién se trata.

Si, si; a la teoría la tengo clara, pero me encargo de seguir cagándome la vida; me la boicoteo a cada instante. Ya no tengo fuerzas ni ganas de vivir. Además que, por otra parte, mi neurosis obsesiva, que creía controlarla, me desgasta muchísimo psíquicamente.

Les pido disculpas por escribir esto tan aburrido, pero es lo que siento hoy; no era la intensión pero lo voy a subir. Hoy me siento harto y, a pesar de ello, sigo igual, no hago nada para cambiar. Es en casos como éstos en los que la pulsión de muerte gana. Triunfa Thanatos. Estoy harto.

lunes, 7 de junio de 2010

No Comments, Miss

Recién llego de mi clase de Inglés. Hoy me sentí como un tonto, me di cuenta que soy muy prejuicioso, y lo peor, que es conmigo mismo. Comparto con Uds. esta pequeña anécdota, creo que nos servirá a todos.

Resulta que estamos viendo una unidad basada en temas controversiales y debemos aprender las expresiones para manifestarnos a favor o en contra de alguno. Además, es necesario asimilar el vocabulario para dar razones, es decir, justificar nuestros puntos de vista.

Aborto, pena de muerte, eutanasia, aumentar la edad para carnet de manejo y para votar, censura de libros y películas, etc, etc, etc. Basta.

Vimos uno por uno. Los discutimos. El clima de la clase estuvo muy interesante.

"Ok, guys. Now, you have to think about another controvesial issue and then we'll discuss it with the rest of the class". "Sonamos", pensé.

Y sí, era obvio que el tema del "matrimonio" gay iba a salir porque es de lo que todo el país habla ahora, en especial los tucumanos que se alteran (o conflictúan) muchísimo cuando de moral se trata. Vivan las neurosis.

"What about you, Nahuel?" Todos me miran esperando mi respuesta. Era obvio. La opinión del otro bando. Y Nahuel empezó a decir que estaba a favor de la unión civil, por el tema de la igualdad de derechos, los bienes, etc, etc, todo lo que implica ese contrato legal (porque el matrimonio es un contrato; Dios va por otro lado). La remató diciendo, con algo de miedo y tratando de ocultar no sé qué porque todo el Mundo ya lo sabe, algo sobre la adopción:

"Regarding this point, I'm not sure about the psychological effects on the kids". Silencio. Lo miraban raro.¿No era que era?

Después opinaron mis compañeras y al final la profesora. Todos dijeron lo mismo.

"I'm in favour of the Civil Union PLUS the adoption".


Fui un boludo.-


domingo, 6 de junio de 2010

Hace cien siglos...





Hola, gente! ¿Cómo están? Realmente no sé con certeza si estoy hablando con alguien o con nadie. Y si se trata de este último caso, me lo merezco. Hoy, después de mucho tiempo, vuelvo al espacio del blog. He desaparecido. He desaparecido por cien siglos y ahora regreso. Es por esto que considero entendible que los pocos seguidores de mi blog ya me hayan olvidado o, incluso, dado por muerto. Y es que, en realidad, de una manera u otra morí. Porque la muerte del deseo es peor que la muerte física, y porque sobrevivir es, también, estar muerto.

Traté de crearme otro blog...uno nuevo para contarles todo lo que sucedió en este tiempo. No pude. Se me hizo un lío de cuentas, de contraseñas. En fin, decidí continuar con este. De paso, ya queda fijada la prehistoria de lo nuevo que voy a contar.

Hace mucho tiempo me sentí muy desorientado y acudí a un espacio, el blog, que nunca antes había utilizado. Necesitaba, quizás obsesivamente, crearme un autoconcepto de la vida, necesitaba saber qué es...y para ello acudía también a Uds., que eran pocos, pero que me aportaban bastante con sus comentarios que, por suerte, ví que siguen en este blog. Esto es hermoso y pronto trataré de visitar sus espacios de modo de reanudar el contacto.

Y como les decía, trataba de saber qué era la vida. En este tiempo encontré alguna que otra respuesta, pero no he avanzado mucho. Cada paso que pude adelantar me encargué de arruinarlo. Cada éxito, de opacarlo. Cada logro, de subestimarlo. Han pasado muchisimas cosas y siento la necesidad de contarlas; espero no aburrirlos; anhelo encontrar al menos una persona interesada. Y si eso no sucede, bueno, al menos quedaré en la red y alguien algun día, quizás cien siglos más tarde, me leerá.

Muy Bienvenidos nuevamente a mi blog.