sábado, 23 de mayo de 2009

¿Quiénes somos?




Uno de los primeros interrogantes que me planteé en todo este proceso es el de la identidad: ¿quién soy? ¿Cómo vamos formando, a lo largo de la vida, ese sentimiento, ese autoconcepto que, además, conlleva a una autovaloración positiva o negativa? ¿Quiénes nos ayudan a decirnos a nosotros mismos quiénes somos? Y Seguramente la cosa comience por casa...


El asunto es que, justamente en casa, mis padres, me enseñaron a ser un chico "muy correctito", con una moral bastante estricta; casi todo estaba prohibido, el deseo bastante culpabilizado, y lo que daba valor a una persona era, solamente, el cumplimiento de sus responsabilidades, de sus obligaciones. El deseo era motivo de sentir culpa. Una crianza guiada por un Superyó bastante agresivo que, cuanto más uno renuncia, exige más y más renuncias, es un circuito terrorífico sin límites. En fin, mi crianza, que, sin duda alguna, fue aceptada por mi, aunque yo sentía que mis ideas eran muy diferentes a la de todos los chicos, que mientras ellos jugaban en el recreo, yo no lo hacía, pues lo veía como algo negativo, como algo digno de culpa...sin embargo no podía saber con precisión de dónde provenían estos pensamientos, yo sólo los percibía y los consideraba correctos. Ellos fueron lo que estructuraron mi persona; fueron esos los valores con los que crecí, con los que concebí al Mundo y la Vida ("estamos sólo para trabajar").


Por supuesto que, para que estas ideas no entren en contradicción con la de otros, es necesario aislarse; sin duda alguna, es de ese modo en el que viví todos estos años, lo que fue determinando una infancia y adolescencia muy oscuras, tristes, carentes de sentido. Sí, señores, en algún momento me dí cuenta que mi vida no tenía sentido, y es que, en realidad, la vida NO TIENE sentido, sino que el sentido hay que dárselo, y yo, viviendo de esa manera, no le daba ninguno ya que, en "mi" Mundo no había lugar para lo esencial: El Deseo, pero esta vez no se trataba del deseo de papá, ni del deseo de mamá...era aun más complicado: se trataba del Deseo Propio.


Toda esta situación llegó a un punto límite, en 2º del Polimodal, cuando se me ocurrió pedir a mis padres ir a una psicóloga. Gracias a Dios accedieron a mi pedido y, desde ese día, estoy en un dispositivo analítico que, hoy, me contiene, pero por el que pasé de todo...Explorar las más remotas y dolorosas experiencias, áreas de mi personalidad, formas de vínculos, luchar tanto, pero tanto por cambiar ideas tremendas, terroríficas sobre mí mismo, sobre los otros, indagar en ese vacío existencial, en ese estado de muerte en el que llegué a consulta, fue terrible. Fue un proceso oscuro, dificultoso, lleno de angustia, ansiedad, desorientación...y es que el camino no se dirigía a cambiar algunas ideas sino a una cuestión más radical: a construirme a mí mismo; sí, de nuevo, ya que podía ver que todos mis pensamientos, valores y demás factores que contruyeron al Nahuel viejo, ya no me servían, no me hacían feliz, y había que modificar casi todo, volver a la vida, salir de ese aislamiento terrorífico y abrirse al Mundo, empezar a conocerlo. ¿El hilo conductor?: suena fácil pero es lo que más me costó (y sigue costando entender): Mi Deseo.


Entonces, antes de ir a la psicóloga existía un Nahuel muy diferente al de hoy, al que está escribiendo estas líneas, resignificando su historia, pudiendo ponerle palabras a su dolor; el Nahuel de hoy es el que se cuestionó todo lo aprendido sobre el "deber ser", incluso sobre sus creencias religiosas, pasando por momentos de escepticismo tremendo y por etapas más compensatorias. El Nahuel de hoy se va a permitir preguntarse las cosas, dudar, en este proceso de apertura y descubrimiento del Mundo, pues, ya se dio cuenta, que el Mundo no es sino cómo cada uno lo ve. Y en esto quiero que me acompañen con sus preguntas, con sus respuestas a las mías, con sus experiencias...Claro, porque este Nahuel, a diferencia del anterior, ya no quiere estar solo...

1 comentario:

  1. Hola Nahuel, la verdad es que al leer esta columna no pude dejar de sentirme identificado con algunas cosas que te pasan y espero que con cada columna que escribas ya hayas solucionado aprte de todo este tema.

    Espero ansioso la segunda columna.

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