miércoles, 16 de junio de 2010

La Trampa de la Obsesión


Y sí. Ése es mi gran problema. Es el reto de todo obsesivo. "Aceptar el límite, el no-todo, la castración (en términos psicológicos).

Toda mi vida se estructuró en torno a evitar eso: a evitar saber que yo era UNO más, que NO puedo Todo, que hay cosas que haré bien, otras mal, que NADA será perfecto... Pero fue imposible para mí. Me dediqué toda la vida a ser "perfecto". Desperdicié 20 años tratando de serlo TODO y, por ende, hoy soy NADA. Porque, Todo es Nada. Siempre que queremos hacer (ser) Todo terminamos haciendo (siendo) Nada. Y ahí, de nuevo, el Deseo muere.

A esto se debe mi actual apatía, mi desgano, mis no-ganas de todo, mis ganas de nada. Es que, estructuralmente, a los obsesivos nos cuesta admitir el no-todo y, tratando de ser/hacer Todo, vivimos en una carrera contra nosotros mismos, experimentamos un estrés elevadísimo, estamos amargados, insatisfechos, nos perdemos en el deseo propio porque ya no sabemos por qué (por quién, para quién) hacemos lo que hacemos. No vivimos; los neuróticos obsesivos (pero de los buenos, no un simple rasgo obsesivo) sobrevivimos.

Asistimos a una inseguridad paralizante que tratamos de remediar con lo rutinario, lo estructurado, con el ritual obsesivo y sofocando el deseo, ya que, él y sus diversas manifestaciones, atentan contra nuestra aparente seguridad diaria. Parecemos de hierro. Somos de manteca.

Pero la obsesión nos tiende una trampa. Nos fijamos metas imposibles y, cuando las alcanzamos (o al menos creemos hacerlo), NO nos sentimos satisfechos, sino que nos exigimos más. Es un jueguito perverso comandado por lo que Freud llama Pulsión de Muerte y Necesidad de Castigo: Cuanto más nos exigimos y logramos nuestras metas, aun más nos exigimos. Es decir, nunca hay una recompensa, un reconocimiento, un auto-abrazo. Estamos constantemente pidiéndonos más porque, a los obsesivos, NADA nos alcanza. Esa es la idea de no aceptar el límite: nada está completamente bien, entonces, Todo está mal.

Vivimos polarizados. O todo o nada. O diez o uno. O soy el mejor o soy el peor. No hay términos medios porque ellos nos irritan, nos angustian. Y al compás de estas polarizaciones que nos aterran, caemos en la trampa de la obsesión: cuanto más damos, más nos exigimos.

Tampoco ninguna persona nos viene del todo bien. No hay amigo, padre, madre, hermano que nos llene, que cumpla con nuestras expectativas. Es que fantaseamos con la persona perfecta que, luego de haberla buscado toda una vida, no la encontramos porque, claro...¿lo digo? Bueh, no me queda otra: "No existe". Nos enloquecemos conociendo gente, pero las descartamos a los diez minutos; ni siquiera nos damos tiempo para conocerlos y no nos dejamos conocer. Lamentablemente, otra consecuencia de estas neurosis es la Soledad.

Nunca nos perdonaremos las propias imperfecciones (mucho menos las de los demás). Lo que nos falta es motivo de autorechazo, de auto-odio, agresión, del desprecio más terrible, tajante e hiriente que pudiera existir alguna vez. No nos perdonamos. Nos castigamos toda la vida por no ser completos, perfectos. Si nos arrimamos a esa idea de "todo", somos la soberbia con patas. Si tenemos algún defecto físico, intelectual o "sexual", sonamos. No hay remedio; nos ganamos el propio odio para toda la vida. Y, así, no nos queremos ni podemos querer a nadie. Los obsesivos no somos capaces de amar ni de sentir que el otro nos ama. (¡Qué tristeza!).

Es un proceso sin fin. Pero lo que sí tiene fin es nuestro deseo, es decir, nuestra vida. Los neuróticos no cumplimos nuestros deseos, de ahí la constante búsqueda sin respuesta alguna. Vivir en la obsesión es, entonces, caer en la trampa más cruel del mundo, aquella que nos tendemos a nosotros mismos, condenándonos de por vida a la infelicidad que, como todo lo que experimenta el neurótico, no tiene límites.

5 comentarios:

  1. Hola Nahuel, me gusta la finitud que tienes con teorias orintales , Todo_ Nada. desear _ rechazar.
    etc.
    Eres muy niño para no perdonarte, para no gustarte , para sentirte un neurótico.
    Yo diria que eres un escritor en potencia que aun no entendio la fuerza de las palabras cuando sepas como organiozar tus sentimientos, ¡¡¡Mi Dios!!¡ podemos encontrarnos con un Borges o un Neruda.
    Despacio amiguito
    Besos y suerte
    Lydia raquel Pistagnesi

    ResponderEliminar
  2. Hola Nahuel...me encantan tus textos, logro identificarme con ellos, en cierta etapa de mi vida en donde me cuestionaba muchas cosas. Ahora la verdad es que prefiero vivir las cosas como vayan ocurriendo, sin esperar mucho...así me sorprendo más de lo que suceda jajaja. Gracias por pasar. Nos vemos!.

    ResponderEliminar
  3. Mon cher ami, muy denso lo que escribes, y muy "teórico" para mi gusto, e impersonal, lo digo porque mas que describirte, se lee como
    si transcribieses un texto Freudiano... Por favor dime lo que piensas, lo que sientes; no las justificaciones y razgos característicos de esa neurosis, dime que no estas de acuerdo conmigo ( esta bien no estar de acuerdo ), ensaya conmigo a expresar tus desacuerdos, somos amigos no?. Tienes una fuerza inusual, y me gusta como escribes, no me malinterpretes; y creo que como eres capaz de verte así de claro, también eres capaz de cambiar y disfrutar un poquito de la vida, como comerte un helado de chocolate a mi salud. Besos amiguito.

    ResponderEliminar
  4. Como dice liliana felipe! Las histericas somos lo máximo! jajaja
    http://www.youtube.com/watch?v=MobDqnh86RY
    jeje
    Me senti bastante reflejado, pero como que las compulsiones se despiertan determinadas temporadas, una sensacion de ahogo de querer más de perfección que nunca existirá y de infelicidad pa uno mismo XD. zaz.

    ResponderEliminar
  5. Hola, hola, hola :) donde andas amiguito?

    ResponderEliminar